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Soluciones de agronegocios para inversores en mercados emergentes
Invertir en agronegocios en los mercados emergentes presenta tanto oportunidades importantes como desafíos únicos. Para navegar por este panorama de manera eficaz, los inversores necesitan soluciones integrales que abarquen todas las facetas del desarrollo y la gestión de proyectos agrícolas. Aninver Development Partners, en colaboración con Tepro, ofrece una empresa conjunta que proporciona servicios integrales diseñados para inversiones agrícolas y agroindustriales a gran escala. Esta asociación garantiza que los proyectos no solo sean viables desde el punto de vista financiero, sino que también se gestionen de forma sostenible, sean inclusivos y estén alineados con los objetivos de desarrollo local.
1. Oferta integral de servicios
Una empresa agroindustrial exitosa requiere mucho más que solo financiación: exige capacidades integrales que cubran todos los aspectos del desarrollo y la ejecución de proyectos agrícolas. La empresa conjunta entre Aninver y Tepro ocupa una posición única como proveedor de soluciones integrales para inversiones agrícolas y agroindustriales a gran escala. Este artículo detalla la amplia gama de servicios de la empresa conjunta, desde la gestión agrícola y el asesoramiento técnico sobre el terreno hasta los programas de rehabilitación, la integración de los pequeños agricultores, la agricultura inteligente desde el punto de vista del clima y el desarrollo de capacidades. Con esta oferta integral, la empresa conjunta no solo invierte en proyectos, sino que también se asegura de que sean gestionados por expertos, inclusivos y sostenibles, lo que atrae tanto a los inversores como a los gobiernos de los mercados emergentes.
Soluciones integrales para agronegocios
La empresa conjunta Aninver-Tepro opera con un modelo de servicio completo. En lugar de centrarse exclusivamente en la financiación, ofrece todos los servicios críticos necesarios para que los proyectos de agronegocios tengan éxito:
- Identificación y viabilidad de los proyectos: La empresa conjunta comienza por identificar oportunidades prometedoras para la agroindustria, ya sea que se trate de una plantación existente que esté lista para ser restaurada, de un desarrollo agrícola totalmente nuevo en tierras fértiles o de un proyecto de cadena de valor, como una planta de procesamiento. El equipo lleva a cabo estudios de viabilidad exhaustivos, aprovechando la experiencia de Aninver en investigación de mercado y análisis de viabilidad de proyectos. Evalúan factores como la calidad del suelo, la disponibilidad de agua, la demanda del mercado, la logística y las proyecciones financieras. La trayectoria de Aninver incluye estudios de viabilidad para el procesamiento agrícola a gran escala en África (por ejemplo, el procesamiento del anacardo en Zambia), lo que demuestra su capacidad para ofrecer análisis en profundidad para las decisiones de inversión. Al anticipar la rigurosa factibilidad y la debida diligencia, la empresa conjunta garantiza que solo los proyectos sólidos pasen a la fase de inversión e implementación.
- Estructuración y asesoramiento de inversiones: una vez que un proyecto se considera viable, la empresa conjunta proporciona servicios de asesoramiento de inversiones para estructurar la operación. Esto implica determinar la combinación de financiación óptima (capital, deuda, intermediación), conseguir coinversores o prestamistas y asesorar sobre la estructura legal (concesiones, arrendamientos de terrenos, estructuración empresarial). Con décadas de experiencia combinada, la empresa conjunta guía a los patrocinadores (ya sean gobiernos o propietarios privados) sobre cómo preparar el proyecto para los inversores, por ejemplo, mejorando las estructuras de gobierno o cumpliendo las normas internacionales de cumplimiento. La división de consultoría de Tepro acompaña a los clientes durante todo el proceso de inversión «desde la identificación de la oportunidad y el dimensionamiento del proyecto hasta el diseño técnico». La empresa conjunta puede preparar memorandos de inversión, planes de negocios e incluso facilitar las negociaciones entre las partes interesadas. Esta función de asesoramiento es crucial para empaquetar los proyectos de forma atractiva para los inversores institucionales y garantizar que todas las partes estén alineadas con la hoja de ruta de la empresa.
- Recaudación de capital y financiación combinada: un servicio clave es la obtención de capital para proyectos. La empresa conjunta aprovecha la red global de DFI, fondos e inversores de impacto de Aninver para aportar financiación. Podría conducir a la creación de un sindicato o solicitar programas de financiación combinados (por ejemplo, obtener un componente de subvención de un programa de desarrollo para aumentar la financiación de un proyecto). El equipo de la empresa conjunta comprende los criterios de varias fuentes de financiación (ya se trate de un fondo climático que busca proyectos de agricultura sostenible o de una IED que busca generar un impacto en los ingresos de los pequeños agricultores) y estructura las propuestas en consecuencia. De este modo, la empresa conjunta suele desbloquear financiación en condiciones favorables que puede combinarse con la inversión privada. Este servicio se ejemplifica con iniciativas comparables en el mercado: por ejemplo, BID Invest se asoció con un prestamista especializado (LAAD) para impulsar la financiación de la seguridad alimentaria para las pymes de agronegocios en América Latina. De manera similar, los esfuerzos de recaudación de capital de la empresa conjunta garantizan que los proyectos de agronegocios en los mercados emergentes obtengan la combinación adecuada de capital para el éxito, en condiciones competitivas.
- Implementación de proyectos llave en mano: a diferencia de las firmas de inversión típicas, la empresa conjunta no se limita a la financiación, sino que supervisa activamente la implementación del proyecto desde su inicio. Una vez que se financia y se lanza un proyecto, la empresa conjunta puede hacerse cargo de la adquisición del equipo, la contratación de personal, el establecimiento de la infraestructura agrícola y la implementación de los planes operativos. Este enfoque llave en mano es particularmente valioso en los mercados emergentes, donde la ejecución del proyecto puede ser un desafío. Básicamente, la empresa conjunta actúa como promotor/operador en la fase inicial, lo que reduce el riesgo de la construcción y la configuración para los inversores. Por ejemplo, si el proyecto consiste en una nueva granja hortícola de 2.000 hectáreas en África Oriental, los expertos de la empresa conjunta se encargarán del desmonte, la instalación de sistemas de riego, la adquisición de plantones y la contratación de administradores y trabajadores agrícolas. Gracias a las décadas de experiencia de Tepro en la gestión de proyectos agrícolas, la empresa conjunta cuenta con los conocimientos necesarios para ejecutar proyectos tan complejos de manera eficiente. Esto garantiza que el proyecto pase sin problemas de la planificación a las operaciones reales, respetando los plazos y los presupuestos.
2. Servicios profesionales de administración agrícola
En el centro de la oferta de la empresa conjunta se encuentra la gestión profesional de las explotaciones, es decir, el funcionamiento diario y la optimización de las operaciones agrícolas. Este servicio es una piedra angular porque incluso el proyecto mejor financiado puede fracasar sin una gestión cualificada:
- Operadores agrícolas con experiencia: Tepro cuenta con una trayectoria inigualable en la gestión de fincas, con casi 50 años en el campo y la gestión actual de aproximadamente 80 000 hectáreas de fincas en toda Europa. La empresa conjunta despliega esta experiencia en los sitios de los proyectos, contratando a administradores de fincas, agrónomos y especialistas técnicos con experiencia. Implementan las mejores prácticas agrícolas de su clase que abarcan la planificación de los cultivos, el manejo del suelo, la mecanización, el control de plagas y el manejo de la cosecha y poscosecha. Las fincas a gran escala administradas por Tepro han logrado una alta eficiencia y rendimiento gracias a esta supervisión profesional. Para el inversor o propietario, hacer que la empresa conjunta administre la granja significa tener acceso a talentos operativos de primer nivel que pocos proyectos individuales podrían contratar por sí solos.
- Planificación y ejecución operativas: El equipo de la empresa conjunta prepara planes operativos anuales detallados para cada granja o instalación de agronegocios. Esto incluye los cronogramas de cultivo, los planes de uso de insumos (semillas, fertilizantes, etc.), los calendarios de riego, los planes de mano de obra y los programas de mantenimiento de los equipos. También establecen los KPI (indicadores clave de rendimiento), como el rendimiento objetivo por hectárea, el costo por tonelada producida, etc. El equipo de gestión lleva a cabo un monitoreo regular y ajusta las operaciones en tiempo real para abordar problemas como la variabilidad climática o los brotes de plagas. Esta gestión de estilo corporativo garantiza que la granja funcione como una empresa bien engrasada. Es un marcado contraste con la gestión, a menudo subóptima, que se observa en muchas explotaciones agrícolas de mercados emergentes que pueden carecer de estructura o técnicas modernas. Al maximizar la productividad y la eficiencia, el servicio de administración de fincas de la empresa conjunta protege y mejora directamente la rentabilidad de los inversores.
- Tecnología e innovación en la agricultura: Otro aspecto del servicio de gestión agrícola es la incorporación de tecnología agrícola e innovación a las operaciones. La empresa conjunta aprovecha herramientas modernas como la teledetección (drones, imágenes satelitales para monitorear la salud de los cultivos), la agricultura de precisión (tractores guiados por GPS, sensores de suelo con IoT) y el software de gestión agrícola para la toma de decisiones basada en datos. Tepro ha estado a la vanguardia de la integración de la tecnología; por ejemplo, se asoció en el proyecto AgraRia para utilizar la inteligencia artificial para optimizar el riego en el cultivo de almendras, lo que redujo significativamente el consumo de agua. La empresa conjunta puede replicar estas innovaciones en sus proyectos, implementando técnicas eficientes e inteligentes desde el punto de vista climático. Esto no solo mejora la productividad, sino que también aumenta la resiliencia ante los riesgos climáticos. Dado que el cambio climático plantea desafíos (sequías, precipitaciones irregulares), estas prácticas basadas en la tecnología son cruciales para mantener los rendimientos. Los inversores se benefician porque las explotaciones agrícolas que adoptan una agricultura inteligente desde el punto de vista climático tienden a tener una producción más estable y, a menudo, los compradores y las aseguradoras las consideran favorablemente (lo que podría reducir las primas de los seguros o establecer mejores condiciones contractuales).
- Mantenimiento de los activos: los grandes proyectos de agronegocios involucran activos importantes: tractores, cosechadoras, sistemas de riego, fábricas de procesamiento, almacenes de almacenamiento, etc. La administración de las fincas de la empresa conjunta incluye un fuerte enfoque en el mantenimiento de los activos y el tiempo de actividad. Implementan programas de mantenimiento preventivo y tienen protocolos para realizar reparaciones rápidas y, a menudo, mantienen un inventario de piezas de repuesto críticas in situ. Esto reduce el tiempo de inactividad durante los períodos críticos (por ejemplo, la cosecha) y evita pérdidas. Al prolongar la vida útil de los equipos y la infraestructura, la empresa conjunta protege las inversiones de capital realizadas en el proyecto. Por ejemplo, garantizar el mantenimiento regular de un molino de arroz puede mantenerlo funcionando de manera óptima durante años más allá de su vida útil estándar, lo que afecta directamente a la rentabilidad del proyecto.
- En resumen, el servicio profesional de administración de fincas significa que, cuando la empresa conjunta invierte en un proyecto o lo asume, no depende de terceros para ejecutarlo, sino que ejecuta el proyecto por sí misma con profesionales experimentados, al igual que un operador especializado. Este enfoque integral es muy tranquilizador para los inversores, que podrían estar preocupados por los riesgos operativos.
3. Programas de rehabilitación y recuperación
Una parte importante de las oportunidades de agronegocios en los mercados emergentes están relacionadas con proyectos industriales abandonados, es decir, explotaciones agrícolas o explotaciones agroindustriales existentes que tienen un bajo rendimiento o están abandonadas, pero que tienen un alto potencial. La empresa conjunta se especializa en diseñar y ejecutar programas de rehabilitación para recuperar estos activos:
- Evaluación del bajo rendimiento: el proceso comienza con una evaluación integral de por qué una granja o instalación tiene un rendimiento inferior. Los problemas más comunes incluyen los equipos obsoletos, la mala gestión, la degradación del suelo, la insuficiencia de capital circulante o la ruptura de los vínculos con los mercados. Los expertos de la empresa conjunta llevan a cabo auditorías técnicas y financieras. Por ejemplo, podrían descubrir que una granja gubernamental de 1000 hectáreas tiene bajos rendimientos debido a la salinización de los suelos y a la avería de las bombas de riego. O una fábrica de procesamiento podría estar funcionando al 30% de su capacidad debido a un suministro poco fiable de materias primas. Al identificar las limitaciones, la empresa conjunta formula un plan de rehabilitación que se centra en esos problemas.
- Plan de rehabilitación: Un plan de recuperación típico podría incluir la replantación o la restauración del suelo, la reparación de la maquinaria, la recapacitación del personal, la introducción de nuevas variedades de cultivos y la mejora de las prácticas agronómicas. Con frecuencia, requiere una nueva inyección de capital para las mejoras y un nuevo enfoque de gestión. En este caso, la empresa conjunta aprovecha su equipo multidisciplinario: ingenieros para arreglar la infraestructura, agrónomos para mejorar los métodos de cultivo y administradores financieros para reestructurar los presupuestos. Por ejemplo, en una de las tareas de consultoría de Tepro, proporcionó una evaluación técnica de la gestión de una nueva granja arrocera de 4.000 hectáreas en el valle del río Senegal, orientando a los patrocinadores del proyecto sobre las mejoras necesarias para lograr la viabilidad. En un escenario de rehabilitación, estos conocimientos se aplican de manera práctica: la empresa conjunta podría tomar una granja arrocera en quiebra y, en un par de temporadas, ponerla a plena producción nivelando campos, reparando canales e introduciendo mejores técnicas de cultivo.
- Fase incremental: La empresa conjunta a menudo emplea un enfoque gradual para la rehabilitación. La fase 1 podría centrarse en obtener ganancias rápidas (por ejemplo, lograr que el 50% de la tierra sea productiva con una inversión mínima mediante la reparación de activos clave) para empezar a generar flujo de caja. A continuación, la fase 2 amplía las mejoras en el resto de la operación. Esta estrategia por etapas reduce el riesgo y el desembolso de capital por adelantado. También permite aprender y adaptar el plan a medida que avanza el proceso de entrega. En todo momento, la empresa conjunta establece hitos (como alcanzar el rendimiento objetivo en el año X o alcanzar cierta capacidad de utilización en una fábrica) y supervisa de cerca los avances.
- Métricas de éxito: El objetivo final de la rehabilitación es mejorar significativamente el rendimiento y el valor del activo. Los indicadores del éxito incluyen la mejora del rendimiento (por ejemplo, el rendimiento del maíz pasó de 2 toneladas por hectárea a 6 toneladas por hectárea después de las intervenciones), la reducción de los costos por unidad de producción, el aumento de la utilización de las instalaciones de procesamiento y el retorno a la rentabilidad. La empresa conjunta también analiza las métricas de impacto, como los empleos preservados o creados o la vinculación de los pequeños agricultores (si antes una operación que ya no funcionaba no beneficiaba a la comunidad, cambiarla a menudo significa nuevos empleos y oportunidades de adquisición para los agricultores locales). Al destacar estas mejoras, la empresa conjunta a veces puede negociar el apoyo de los gobiernos o las subvenciones (ya que la reactivación de una agroindustria tiene beneficios socioeconómicos).
- Un ejemplo al estilo del mundo real: supongamos que una empresa conjunta se apodera de una finca en América Latina que solía ser una plantación frutícola productiva, pero que había caído en el abandono. El programa de rehabilitación invierte en nuevos sistemas de riego por goteo, rehabilita 1000 hectáreas de huertos con variedades de árboles frutales resistentes al clima y establece un programa de capacitación para los trabajadores sobre la poda y la cosecha modernas. En 3 años, la producción de la finca se duplica y obtiene contratos de exportación, lo que convierte una granja que antes generaba pérdidas en una empresa exportadora rentable. Esto ilustra cómo las amplias capacidades de recuperación de la empresa conjunta pueden liberar el valor y la rentabilidad de los activos agroindustriales en dificultades.
4. Planes de integración de pequeños agricultores y productores subcontratados
El crecimiento inclusivo es un sello distintivo del enfoque de la empresa conjunta. Las inversiones en agronegocios son más sostenibles e impactantes cuando integran a los pequeños agricultores y las comunidades locales en la cadena de valor. La empresa conjunta ofrece servicios para diseñar e implementar planes de subcontratación y programas para pequeños agricultores junto con sus proyectos a gran escala:
- Diseño de esquemas para productores subcontratados: en el caso de una plantación o planta de procesamiento de gran tamaño, la empresa conjunta puede crear un programa de productores subcontratados en el que se contrate a los pequeños agricultores de la zona para que suministren sus productos. La empresa conjunta establece la estructura: selecciona a los pequeños agricultores, les proporciona insumos (semillas, fertilizantes) a crédito y garantiza la compra de sus cosechas a precios justos. Este acuerdo beneficia al proyecto al garantizar un suministro adicional y expandir la producción sin la necesidad de adquirir toda la tierra. Para los pequeños agricultores, brinda acceso a los mercados, la tecnología y un ingreso estable. La experiencia de la empresa conjunta en la agricultura de los mercados emergentes garantiza que estos esquemas se adapten desde el punto de vista cultural y económico. Un ejemplo de la experiencia de Tepro: un estudio de viabilidad realizado en Nigeria para una planta de procesamiento de arroz a gran escala incluyó un plan de subcontratación de productores para involucrar a los agricultores locales. Basándose en estos conocimientos, la empresa conjunta puede crear redes de productores subcontratados que podrían contar con cientos o miles de agricultores.
- Desarrollo de capacidades para los pequeños agricultores: no basta con inscribir a los pequeños agricultores; necesitan apoyo para cumplir con los requisitos de calidad y volumen. La empresa conjunta brinda capacitación continua y servicios de extensión a los agricultores inscritos. Esto puede implicar el envío de agrónomos a las aldeas para que enseñen las mejores prácticas en el cultivo, el control de plagas y el manejo posterior a la cosecha. Puede incluir parcelas de demostración para mostrar técnicas o variedades de semillas mejoradas. Además, la empresa conjunta puede facilitar la microfinanciación o los préstamos para insumos para garantizar que los agricultores tengan lo que necesitan para obtener una buena cosecha. Este enfoque en el desarrollo de capacidades se basa en la sólida experiencia de Aninver en proyectos de capacitación y a nivel comunitario; por ejemplo, Aninver ha dirigido programas de desarrollo de capacidades para la agricultura en Liberia y ha apoyado a grupos de mujeres en las cadenas de valor agrícolas en Mauritania. Esta experiencia en la participación popular es inestimable para que la integración de los pequeños agricultores sea un éxito. Como resultado, los agricultores participantes ven mejoras en sus rendimientos y mayores ingresos, mientras que el proyecto de la empresa conjunta obtiene una base de suministro confiable.
- Gobernanza inclusiva: La empresa conjunta también hace hincapié en las estructuras de gobernanza que dan voz a los pequeños agricultores. Esto podría incluir la formación de cooperativas o comités de agricultores que sirvan de enlace con la administración de la plantación. En algunos casos, a los pequeños propietarios se les puede ofrecer incluso una participación accionaria o una participación en las ganancias de la empresa más grande, alineando los incentivos de todos. Al fomentar un sentido de asociación, la empresa conjunta garantiza un compromiso a largo plazo por parte de la comunidad, lo que puede prevenir conflictos y fomentar el uso sostenible de la tierra.
- Monitoreo y evaluación del impacto: Como parte de su servicio, la empresa conjunta supervisará el progreso de los programas de integración de pequeños agricultores. Esto implica hacer un seguimiento del número de agricultores involucrados, sus niveles de producción y el impacto en sus medios de vida. Estos datos suelen ser importantes para informar a los inversores de impacto o a las IED que financiaron el proyecto. La capacidad de la empresa conjunta para realizar evaluaciones de impacto (un conjunto de habilidades incluidas en el conjunto de herramientas de consultoría de Aninver) significa que puede medir e informar de manera creíble resultados como el aumento de los ingresos de los agricultores o la mejora de la seguridad alimentaria en la zona. Esta transparencia genera confianza y también ayuda a perfeccionar el programa con el tiempo.
En última instancia, el servicio de integración de pequeños agricultores de la empresa conjunta garantiza que las inversiones en agronegocios a gran escala beneficien a los agricultores locales en lugar de marginarlos. Para los inversores que se centran en los criterios ESG y en el impacto ambiental, este es un aspecto atractivo: los proyectos gestionados por una empresa conjunta generan beneficios de amplia base, reducen la pobreza y la desigualdad y, al mismo tiempo, garantizan el suministro de materias primas y la buena voluntad de la comunidad necesarios para el éxito a largo plazo.
5. Agricultura inteligente desde el punto de vista climático y sostenibilidad
En el mundo actual, la agricultura debe adaptarse al cambio climático y minimizar los impactos ambientales. La empresa conjunta incorpora prácticas agrícolas inteligentes desde el punto de vista climático y principios de sostenibilidad en cada proyecto, y ofrece servicios que hacen que las empresas agroindustriales sean resilientes y estén preparadas para el futuro:
- Evaluación del riesgo climático: Al principio del desarrollo del proyecto, la empresa conjunta lleva a cabo evaluaciones de los riesgos climáticos, analizando cómo el aumento de la temperatura, los cambios en los patrones de lluvia o los fenómenos meteorológicos extremos pueden afectar a la producción de la granja. Utilizan datos y escenarios climáticos para fundamentar la elección de cultivos y el diseño de la infraestructura. Por ejemplo, si se prevé que una región se enfrente a más sequías, la empresa conjunta podría dar prioridad a las variedades de cultivos tolerantes a la sequía o invertir en un riego eficiente del agua. Estas evaluaciones garantizan que los proyectos se diseñen teniendo en cuenta la resiliencia, salvaguardando los intereses de los inversores contra la volatilidad climática.
- Gestión sostenible de la tierra: la gestión agrícola de la empresa conjunta incorpora prácticas como la agricultura de conservación (labranza mínima para preservar la estructura del suelo), la rotación y diversificación de cultivos para mantener la salud del suelo y la agrosilvicultura (integrar árboles en las fincas para mejorar el secuestro de carbono y la sombra). Al mantener la fertilidad del suelo y prevenir la erosión, estas prácticas ayudan a mantener los rendimientos a largo plazo. También suelen calificar los proyectos para obtener certificaciones o créditos de carbono. Por ejemplo, una plantación que practica la agrosilvicultura y reduce el uso de productos químicos podría obtener la certificación orgánica o de Rainforest Alliance, lo que podría generar precios más altos por sus productos. La empresa conjunta guía a los proyectos para lograr dichas certificaciones de sostenibilidad, añadiendo valor para los inversores y satisfaciendo la creciente demanda del mercado de bienes producidos de forma sostenible.
- Gestión del agua: la escasez de agua es un problema crítico en muchas regiones objetivo (por ejemplo, en partes de África). La empresa conjunta hace hincapié en la gestión eficiente del agua: implementar el riego por goteo, construir estructuras de recolección de agua (como pequeños embalses o cuencas hidrográficas) y programar el riego en función de las necesidades científicas y no de calendarios fijos. El ejemplo del proyecto AgraRia mencionado anteriormente, en el que Tepro y sus socios utilizaron la inteligencia artificial para optimizar el riego y ahorrar hasta un 58% de agua, es el tipo de innovación que aplica la empresa conjunta. Además, la empresa conjunta puede implementar bombas de riego alimentadas con energía solar para reducir la dependencia del diésel y reducir los costos y las emisiones. Administrar el agua de manera inteligente no solo es ecológico, sino que también reduce los costos operativos y protege el proyecto contra el riesgo de sequía.
- Energía renovable y utilización de residuos: muchos proyectos de agronegocios pueden integrar energía renovable, por ejemplo, instalar paneles solares en una granja para alimentar los equipos de procesamiento o utilizar residuos agrícolas (biomasa) para generar energía. La empresa conjunta proporciona conocimientos técnicos para configurar estos sistemas. Si administrara un ingenio azucarero, por ejemplo, la empresa conjunta podría instalar una caldera de biomasa para convertir los residuos de la caña en electricidad, lo que alimentaría las operaciones y, potencialmente, vendería el exceso de energía (un enfoque que coincide con los proyectos financiados por grupos como la EAIF en el sector de la energía de biomasa de África occidental). Del mismo modo, los residuos, como el estiércol animal, pueden convertirse en biogás o fertilizantes orgánicos. Al convertir los residuos en valor y utilizar energía limpia, la empresa conjunta mejora la huella medioambiental y puede generar fuentes de ingresos adicionales (ventas de energía, créditos de carbono). Estas mejoras también hacen que los proyectos sean más atractivos para los inversores ecológicos y los servicios de financiación climática.
- Cumplimiento y presentación de informes: La empresa conjunta garantiza que todas las operaciones cumplan con los estándares ambientales locales e internacionales. Se llevan a cabo auditorías periódicas para aspectos como el uso de agroquímicos, el impacto en la biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero. Los responsables de sostenibilidad de la empresa conjunta preparan informes ESG para los inversores, en los que detallan el desempeño del proyecto en relación con las métricas climáticas y sociales. Esta transparencia no solo cumple con las obligaciones de presentación de informes para los inversores centrados en el impacto, sino que también puede destacar aspectos positivos como la reducción de emisiones o los logros en materia de desarrollo comunitario.
A través de sus servicios de agricultura inteligente desde el punto de vista climático, la empresa conjunta garantiza eficazmente los proyectos para el futuro. Aborda el doble desafío de aumentar la productividad y, al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental, un equilibrio que es crucial para la viabilidad a largo plazo de la agroindustria. Los inversores que se asocien con la empresa conjunta pueden estar seguros de que sus proyectos cumplirán con altos criterios de sostenibilidad y contribuirán a los objetivos climáticos y de desarrollo mundiales.
6. Creación de capacidades y desarrollo de habilidades
La capacidad humana es un componente vital del éxito sostenido en la agroindustria. Reconociendo esto, la empresa conjunta ofrece amplios servicios de desarrollo de capacidades para las personas e instituciones que participan en sus proyectos:
- Capacitación de la fuerza laboral: Los grandes proyectos agrícolas suelen crear cientos de empleos locales, desde trabajadores agrícolas hasta técnicos y personal administrativo. La empresa conjunta instituye programas de capacitación para mejorar las habilidades de la fuerza laboral local. Esto puede abarcar desde técnicas agrícolas básicas para los trabajadores (por ejemplo, la aplicación segura de pesticidas, métodos de cosecha eficientes) hasta la capacitación técnica más avanzada para los supervisores (por ejemplo, el uso de software de gestión agrícola, la operación y el mantenimiento de la maquinaria). Estas capacitaciones mejoran la productividad y la seguridad en la granja. Aninver tiene una amplia experiencia en programas de capacitación, por ejemplo, impartiendo capacitación sobre resiliencia ante la COVID-19 para la agricultura comunitaria en Jamaica. Basándose en estas metodologías, la empresa conjunta adapta los planes de formación in situ, a menudo en colaboración con los servicios de extensión agrícola o los institutos vocacionales locales. Como resultado, los empleados se vuelven más competentes y el proyecto se beneficia de una mayor eficiencia y menores tasas de error.
- Capacitación en gestión y emprendimiento: Para proyectos en los que participan socios locales o para empoderar a las cooperativas de pequeños agricultores, la empresa conjunta brinda capacitación en administración empresarial, finanzas y emprendimiento. Esto podría incluir talleres sobre contabilidad para líderes de cooperativas o cursos de emprendimiento agroindustrial para jóvenes emprendedores locales que podrían convertirse en socios de la cadena de suministro. Al fortalecer estas habilidades, la empresa conjunta ayuda a las entidades locales a asumir con el tiempo funciones más importantes. Por ejemplo, se podría preparar a un gerente local para que se haga cargo de las operaciones de la plantación después de algunos años de supervisión de la empresa conjunta, garantizando la continuidad y la propiedad local. Este enfoque se utilizó en algunos proyectos de empresas conjuntas, como la formación de trabajadores locales de invernaderos en Nigeria para, en última instancia, gestionar las operaciones. Empoderar a las personas de esta manera genera buena voluntad y un legado de transferencia de conocimientos.
- Desarrollo de capacidades institucionales: Más allá de las personas, la empresa conjunta también trabaja en el fortalecimiento de las capacidades institucionales, como las cooperativas de agricultores locales, las asociaciones de usuarios del agua o incluso las agencias gubernamentales que se asocian en el proyecto. Esto podría implicar asesorar a una unidad del Ministerio de Agricultura sobre cómo supervisar los planes de subcontratación o ayudar a una cooperativa a establecer sistemas de gobernanza y contabilidad transparentes. De este modo, se refuerza el ecosistema más amplio que rodea al proyecto, lo cual es fundamental para la sostenibilidad a largo plazo una vez que la empresa conjunta finalmente abandone la inversión.
- Plataformas de intercambio de conocimientos: La empresa conjunta suele establecer mecanismos de intercambio de conocimientos, como las jornadas de campo en las que los agricultores exitosos comparten sus prácticas con sus pares, o las plataformas en línea en las que se difunden los datos y las ideas del proyecto. En un escenario, si la empresa conjunta explota varias explotaciones agrícolas en un país, podría facilitar el intercambio de visitas entre ellas para que los equipos puedan aprender unos de otros. Esta cultura de aprendizaje continuo garantiza que las mejores prácticas se difundan y que los errores no se repitan en los proyectos.
- Supervisión del impacto de la formación: Al igual que con otros aspectos, la empresa conjunta supervisará los resultados de su desarrollo de capacidades. Realiza un seguimiento de métricas como el número de personas capacitadas, la mejora de las habilidades (que pueden evaluarse mediante pruebas o cambios en la productividad) y la retención del personal capacitado. Las altas tasas de retención de trabajadores cualificados, por ejemplo, indican que el proyecto está desarrollando un equipo leal y capaz, una señal positiva para los inversores preocupados por la estabilidad operativa.
Al invertir en las personas, la empresa conjunta garantiza que los proyectos no solo sean sólidos desde el punto de vista financiero y técnico, sino que también tengan raíces sociales y sean autosuficientes en cuanto a capital humano a lo largo del tiempo. Este desarrollo integral de capacidades es especialmente atractivo para los inversores y gobiernos orientados al desarrollo, ya que contribuye claramente al empoderamiento local y al desarrollo económico más allá del proyecto inmediato.
7. Servicios integrales en acción: un enfoque integrado
Para ver cómo se combinan estos servicios, consideremos un ejemplo holístico: la empresa conjunta emprende un proyecto para desarrollar un gran centro agroindustrial en África Oriental, que comprende una granja de regadío de 3000 ha, una fábrica de procesamiento (por ejemplo, una planta de almidón de yuca) y una red de 1500 agricultores subcontratados.
- Durante la planificación, los equipos de viabilidad y asesoramiento de la empresa conjunta trazan toda la cadena de valor, garantizan la viabilidad tanto de la granja como de la fábrica (comprobando la demanda de almidón del mercado, la logística hasta el puerto, etc.) y estructuran la inversión (tal vez una combinación de una inversión en fondos de capital y un préstamo del DFI para la construcción de la fábrica).
- En el momento de la implementación, la empresa conjunta actúa como gestora del proyecto: desbroza el terreno, construye el sistema de riego y la fábrica, y contrata al personal inicial. Da inicio a la rehabilitación de algunas tierras adyacentes no utilizadas para cultivar más hectáreas.
- Los expertos en administración de fincas establecen un calendario de cultivo para la yuca en la finca y también guían a los productores subalternos en la siembra escalonada para tener suministro durante todo el año para la fábrica. Distribuyen tractores y materiales de siembra de alta calidad en la granja principal, mientras que los agentes de extensión distribuyen esquejes de yuca mejorados y capacitan a los productores subcontratados (integración de los pequeños agricultores).
- Los servicios a los pequeños agricultores garantizan que cada subproductor reciba fertilizantes y conozca las técnicas modernas, lo que mejora drásticamente sus rendimientos. La empresa conjunta firma acuerdos de compra con cada agricultor, lo que garantiza un mercado para su cosecha.
- Las prácticas inteligentes desde el punto de vista climático están integradas: la granja utiliza riego por goteo alimentado por una bomba que funciona con energía solar, lo que reduce la huella de carbono y garantiza un agua confiable. Algunas partes de la granja se intercalan con cultivos de cobertura que fijan el nitrógeno para mantener la salud del suelo. La fábrica funciona con una caldera de biomasa alimentada con residuos de pulpa de yuca, que genera electricidad para la instalación e incluso abastece las viviendas de los trabajadores.
- Paralelamente, se desarrolla la capacidad: se capacita a los técnicos locales para manejar la maquinaria de procesamiento del almidón, se enseña a los trabajadores agrícolas cómo cosechar de manera eficiente y la importancia de la calidad (para reducir la contaminación del almidón), y se capacita a los líderes de las cooperativas de los productores subcontratados en materia de gobernanza y contabilidad básica para gestionar los préstamos y contratos relacionados con los insumos.
- A medida que avanza el proyecto, la empresa conjunta supervisa los avances: los rendimientos, la producción de las fábricas, los ingresos de los agricultores y los parámetros ambientales. Proporciona a los inversores informes periódicos que muestran que la granja ha alcanzado sus objetivos y que la fábrica se acerca a la rentabilidad, así como métricas de impacto positivo (por ejemplo, los ingresos de 1500 pequeños agricultores se duplicaron y se evitaron X toneladas de emisiones de CO₂ gracias a la energía limpia).
Este centro integrado ilustra el conjunto completo de servicios que ofrece la empresa conjunta: cada enlace desde la granja hasta el mercado se gestiona con experiencia. El resultado es una agroindustria próspera que produce almidón con calidad de exportación, genera beneficios sólidos y ha transformado el panorama agrícola local al ayudar a los pequeños agricultores y utilizar prácticas sostenibles.
8. Conclusión: un socio para el desarrollo integral de agronegocios
La empresa conjunta Aninver-Tepro se distingue por ofrecer un conjunto integral de servicios de agronegocios bajo un mismo techo. Desde la idea incipiente de un proyecto hasta la entrega de los productos al mercado, la empresa conjunta está presente en cada paso del proceso: identificar oportunidades, estructurar las inversiones, gestionar las operaciones diarias, integrar a las comunidades, implementar innovaciones inteligentes desde el punto de vista climático y desarrollar la capacidad local. Este enfoque de 360° garantiza que los proyectos de agronegocios no solo se financien, sino que también se ejecuten y mantengan de manera efectiva a largo plazo.
Para los inversores institucionales, las IED o los gobiernos, participar en esta empresa conjunta significa mitigar muchos de los riesgos típicos asociados a la agroindustria en los mercados emergentes, ya que los expertos de la empresa conjunta abordan de manera proactiva los desafíos técnicos, operativos y sociales. Significa contar con un operador competente para que el capital se traduzca en resultados reales sobre el terreno. Y significa lograr resultados de desarrollo (empleo, seguridad alimentaria, sostenibilidad) junto con los beneficios financieros.
Llamado a la acción: Si es una parte interesada que busca desarrollar o invertir en un proyecto de agronegocios a gran escala en África subsahariana, el sudeste asiático o América Latina, considere asociarse con nuestra empresa conjunta. Con nuestra oferta integral de servicios, llevamos los proyectos del concepto a la realidad y más allá, garantizando la rentabilidad y el impacto. Comuníquese con nosotros para saber cómo nuestras soluciones integradas, de asesoramiento y de gestión agrícola pueden convertir sus ambiciones de agronegocios en una historia de éxito sostenible. Juntos, podemos cultivar la prosperidad y la resiliencia en las fronteras agrícolas más prometedoras del mundo. Puede enviarnos un correo electrónico a: aninver@aninver.com