Nuestras Opiniones
Las industrias creativas en las economías en desarrollo: catalizadores del empleo, las exportaciones y las APP
Las industrias creativas, que abarcan el cine, la música, la moda, el diseño, la artesanía, el contenido digital, los juegos, la arquitectura y más, se están convirtiendo en poderosos motores de crecimiento en las economías en desarrollo. En África y otras regiones, estos sectores culturales y creativos no solo preservan el patrimonio y configuran las identidades nacionales, sino que también crean empleos, impulsan las exportaciones y atraen inversiones. De hecho, la economía creativa mundial es ahora una industria de 2 billones de dólares que sustenta 50 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, de los que aproximadamente la mitad son ocupados por mujeres y hay más jóvenes empleados que en ningún otro sector. En los países donde las industrias creativas están más desarrolladas, se estima que aportan entre el 2 y el 7% del PIB, y las tendencias mundiales sugieren que el sector podría representar el 10% del PIB mundial de aquí a 2030. Sin embargo, la participación de África en este floreciente mercado sigue siendo desproporcionadamente pequeña, una brecha que indica un inmenso potencial sin explotar. El fortalecimiento y la formalización de los sectores creativos y culturales pueden abrir nuevas vías para el desarrollo económico. En este artículo, analizamos cómo la inversión en industrias creativas puede impulsar la creación de empleo, el crecimiento de las exportaciones y las asociaciones público-privadas (APP) innovadoras en las economías en desarrollo de África, basándonos en la experiencia de Aninver en proyectos como Fashionomics, la asociación entre Netflix y el AfDB e iniciativas de economía creativa en Ruanda y Sierra Leona (consulte más información sobre la experiencia en industrias creativas en este enlace: https://aninver.com/areas_expertise/creative-industries).
- Industrias creativas: un catalizador para el empleo y el crecimiento inclusivo
Una de las razones más convincentes para que los gobiernos apoyen la economía creativa es su capacidad de generar empleo, especialmente para los jóvenes y las mujeres. El trabajo creativo suele ser intensivo en mano de obra, descentralizado y empresarial, lo que lo hace accesible a las pequeñas empresas y a los autónomos. Según la UNESCO, solo el sector cinematográfico y audiovisual de África emplea actualmente a unos 5 millones de personas y contribuye con 5 000 millones de dólares al PIB de todo el continente. Este es solo un segmento de la economía creativa en general, que también incluye la música, la moda, la artesanía, la edición, los medios digitales y más. En conjunto, las industrias creativas constituyen una «potencia para el desarrollo económico de África», y se estima que el sector podría crear más de 20 millones de empleos y generar 20 000 millones de dólares en ingresos anuales en África en las condiciones adecuadas. Estos trabajos suelen atraer el talento de los jóvenes y las mujeres a un ritmo mayor que en las industrias tradicionales, lo que ayuda a abordar los desafíos demográficos y las brechas de género en el empleo.
Abundan los ejemplos locales: la famosa industria cinematográfica de Nigeria, Nollywood, produce alrededor de 2500 películas al año y sus ingresos anuales superan los mil millones de dólares, lo que la convierte en una importante contribución al PIB de Nigeria y en una fuente de sustento para cientos de miles de personas (desde actores y directores hasta editores y vendedores). En la escena musical, los géneros africanos como Afrobeats y Amapiano han capturado audiencias globales, lo que se ha traducido en estudios de grabación, productores de eventos y creadores de contenido digital que encuentran nuevas oportunidades laborales. Del mismo modo, la industria de la moda africana, valorada en más de 31 000 millones de dólares, está dando empleo a millones de artesanos, diseñadores y empresarios minoristas en todo el continente. Incluso sectores como los videojuegos y la creación de contenido digital son nuevos empleadores, ya que los jóvenes africanos aprovechan las redes sociales y la tecnología para producir cómics, animaciones y aplicaciones. Cada uno de estos campos creativos tiene un efecto multiplicador en la economía: cuando un artista local tiene éxito, genera ingresos para los gerentes, vendedores, distribuidores y muchos otros miembros de la cadena de valor. A nivel mundial, se estima que cada dólar gastado en las industrias creativas genera 2,5 dólares en producción económica, lo que refleja los amplios vínculos entre el trabajo creativo y otros sectores (fabricación de productos, turismo, telecomunicaciones, etc.).
Es importante destacar que las industrias creativas ofrecen un crecimiento inclusivo que puede llegar a las comunidades que a menudo se quedan atrás. Por naturaleza, las empresas culturales tienden a empezar con algo pequeño (un taller de artesanía, un estudio de grabación, una empresa de diseño) y requieren un capital relativamente modesto pero mucha creatividad humana. Esto reduce las barreras de entrada para las microempresas, las pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) y los emprendedores, incluidos los del sector informal. Nuestro equipo de Aninver ha visto de primera mano cómo los programas empresariales creativos pueden empoderar a los grupos marginados. Por ejemplo, la iniciativa Fashionomics Africa del Banco Africano de Desarrollo, que Aninver ayudó a diseñar, tiene como objetivo permitir a los empresarios textiles y de confección africanos (especialmente mujeres y jóvenes) crear y hacer crecer sus negocios mejorando el acceso a los mercados, la financiación, la tutoría y las habilidades. Al ayudar a miles de pequeños emprendedores de moda a formalizarse y crecer, estas plataformas no solo crean puestos de trabajo en sastrería, modelaje, marketing y comercio electrónico, sino que también fomentan una nueva generación de propietarios de negocios en el espacio creativo. Como parte del programa Fashionomics, identificamos formas de conectar a los diseñadores con bancos comerciales, inversores e incluso canales de financiación alternativos, como el crowdfunding, lo que demuestra cómo las intervenciones específicas pueden impulsar el espíritu empresarial y el empleo en los sectores creativos.
También vale la pena destacar el impacto social de estos trabajos. Las ocupaciones de la industria creativa celebran el patrimonio y la identidad culturales (piense en los artesanos que preservan la artesanía tradicional o en los cineastas que cuentan historias locales); por lo tanto, los empleos que se crean no solo tienen que ver con los ingresos, sino también con el orgullo cultural y la participación de la comunidad. En contextos posteriores a un conflicto o en desarrollo, invertir en arte y cultura puede hacer que los jóvenes participen de manera positiva y fomentar la cohesión social. Nuestro trabajo reciente sobre un diagnóstico de la economía creativa en Sierra Leona puso de relieve este punto: el estudio destacó que la economía creativa es una vía clave para la diversificación económica, el empleo juvenil y la preservación cultural en un país con una población joven en rápido crecimiento. Al trazar un mapa de las industrias de la música, el cine, los videojuegos y el diseño de Sierra Leona, ofrecimos recomendaciones para ayudar a los emprendedores a convertir la pasión creativa en negocios viables, abordando así el elevado desempleo juvenil con oportunidades propias. El mensaje es claro: apoyar a las industrias creativas significa invertir en las personas y sus ideas, lo que puede generar un crecimiento inclusivo mucho más allá de lo que pueden lograr los sectores tradicionales por sí solos.

2. Aprovechar el potencial de exportación y los mercados globales
Además de los empleos nacionales, las industrias creativas tienen un enorme potencial de exportación para las economías en desarrollo. A diferencia de muchos productos básicos tradicionales, los productos y servicios creativos a menudo pueden llegar a los mercados internacionales con costos de transporte más bajos (distribución digital) y pueden tener un precio superior por su singularidad. Cuando una película de Kigali se emite en Netflix, una marca de moda de Lagos vende en Londres o un juego móvil desarrollado en Nairobi se descarga en todo el mundo, se trata de exportaciones de contenido creativo que generan ingresos y reconocimiento en el extranjero. La demanda mundial de contenido cultural diverso está aumentando, y los creativos africanos se están sumando cada vez más a esta ola.
La producción cultural de África se está convirtiendo en una exportación de moda: las diásporas y el público mundial ahora disfrutan de las películas y series de Nollywood en plataformas como Netflix y Amazon Prime, lo que genera ingresos de exportación y acuerdos de licencia. Las estrellas de la música nigeriana (Burna Boy, Wizkid, Tems y otras) encabezan las listas internacionales y actúan en los escenarios mundiales, mientras que los géneros que van desde los afrobeats hasta el amapiano se han convertido en sensaciones internacionales. Un diseñador de moda africano de Dakar o Johannesburgo ahora puede vender sus diseños a un cliente de Nueva York a través de mercados en línea. La artesanía y el arte contemporáneo de África son apreciados en galerías y tiendas de comercio justo de todo el mundo. En resumen, la cultura africana es cada vez más reconocida como una clase de activos exportables de gran escala, que atrae la atención de los principales actores mundiales. Gigantes de la industria como Netflix, Universal Music Group y otros han estado expandiendo sus operaciones en África, no solo para vender sus productos, sino también para obtener contenido y talento locales que puedan triunfar a nivel mundial. Esta tendencia aporta inversiones y conocimientos técnicos a las industrias locales, creando un círculo virtuoso en el que la calidad y la capacidad mejoran, lo que permite aumentar aún más las exportaciones.
Desde una perspectiva numérica, el comercio mundial de bienes y servicios creativos está en auge. En 2022, las exportaciones de servicios creativos (como TI, software, diseño y producción multimedia) alcanzaron los 1,4 billones de dólares, un 29% más que en 2017. Las exportaciones de productos creativos (como artesanía, moda, libros y obras de arte) alcanzaron los 713 000 millones de dólares en 2022, lo que representa un aumento del 19% en unctad.org. Los países en desarrollo contribuyen cada vez más a este comercio. Históricamente, las economías avanzadas dominaron las exportaciones de productos como películas, formatos de televisión y servicios de publicidad, pero los países en desarrollo duplicaron su participación en las exportaciones de servicios creativos, pasando del 10% en 2010 al 20% en 2022. Esto indica una capacidad creciente en los mercados emergentes para producir contenido y servicios para el consumo global. Sin embargo, gran parte de la producción creativa de África aún está sin explotar o está subcomercializada en el escenario mundial. Por ejemplo, a pesar de la prolífica producción cinematográfica de Nigeria, el continente sigue estando muy desatendido en términos de infraestructura cinematográfica (solo 1 pantalla por cada 787 000 personas en África, frente a aproximadamente 1 por cada 50 000 en Europa). Esto limita los ingresos de las salas y significa que los cineastas africanos dependen en gran medida de la distribución digital y de los festivales extranjeros para llegar al público. Del mismo modo, cuestiones como la piratería y la débil aplicación de la propiedad intelectual suelen mermar los ingresos de los creadores: el informe de la UNESCO estima que la piratería pierde entre el 50 y el 75% de los posibles ingresos en los mercados cinematográficos africanos a causa de la piratería. Abordar estos desafíos mediante la mejora de las políticas y la aplicación de la ley es clave para convertir el trabajo creativo en ingresos de exportación sostenibles.
Hay ejemplos alentadores de éxito transfronterizo que indican el camino a seguir. El auge del streaming ha permitido que el contenido especializado consiga seguidores en todo el mundo: por ejemplo, una serie nigeriana puede ser tendencia internacional en Netflix, o un desarrollador de juegos sudafricano puede publicar en tiendas de aplicaciones de todo el mundo. Las diásporas culturales también contribuyen a amplificar las exportaciones: la diáspora africana en el extranjero suele ser la primera en adoptar y embajar la música, el cine, la moda y el arte africanos, ayudando a impulsar estos productos en los principales mercados. Vemos cómo los emprendedores creativos colaboran cada vez más a través de las fronteras: coproducciones cinematográficas panafricanas (alentadas por las iniciativas de los bancos multilaterales y la UNESCO), diseñadores de moda africanos que se asocian con marcas europeas o desarrolladores de juegos africanos que contratan para estudios internacionales. Cada éxito construye la marca de la creatividad africana y abre puertas a otros. Como señaló el inversor Ibrahim Sagna, «por fin se reconoce la cultura africana como un activo exportable de gran escala», y se espera que sectores como el entretenimiento crezcan alrededor de un 15% anual en los próximos años. De hecho, PwC proyecta que el mercado africano del entretenimiento y los medios de comunicación alcanzará los 4.600 millones de dólares en 2025 a esa tasa de crecimiento, una señal de que tanto el consumo local como los ingresos de exportación se están acelerando.
En Aninver, hemos estado a la vanguardia de los análisis que ayudan a aprovechar este potencial de exportación. En asociación con Netflix, nuestro equipo trazó una hoja de ruta para la colaboración entre Netflix y el Banco Africano de Desarrollo (AfDB) a fin de catalizar el crecimiento de las industrias del cine y la televisión de África. Identificamos cómo el aumento de la inversión en producciones locales, la formación de cineastas y la mejora de los canales de distribución pueden permitir que la narración africana llegue a un público mundial más amplio. La asociación de plataformas globales de streaming con instituciones de desarrollo es un enfoque novedoso —básicamente una colaboración entre el sector público y el privado— para fomentar los ecosistemas creativos locales a fin de producir más contenido exportable. Nuestro trabajo con Netflix y AfDB puso de relieve que, con la creciente demanda de historias africanas en todo el mundo, el apoyo estratégico (desde la financiación hasta el desarrollo de habilidades) puede ayudar a las empresas de medios de comunicación africanas a ampliar y exportar más contenido, obteniendo así un mayor valor de la economía creativa mundial. Del mismo modo, nuestro estudio de viabilidad de Fashionomics Africa no solo se centró en la creación de empleo, sino que también previó un mercado en línea en el que las MIPYMES africanas de moda pudieran vender internacionalmente, aprovechando el comercio electrónico para exportar ropa y accesorios más allá de sus fronteras. Al mejorar la inteligencia de mercado y los canales de venta digitales, los emprendedores de la moda pueden llegar a la vasta diáspora africana y a los consumidores globales que buscan diseños africanos auténticos, convirtiendo la creatividad local en ingresos de divisas.
En resumen, el potencial de exportación es una promesa clave de la economía creativa. Con el apoyo adecuado, las empresas creativas de los países en desarrollo pueden competir en calidad y originalidad, y el mercado mundial está ansioso por encontrar contenido nuevo. Fomentar estos sectores implica nuevas fuentes de ingresos de exportación, una diversificación que deje de centrarse en los productos básicos y una marca económica más sólida para los países (lo que aumentará el poder blando a medida que las naciones se hagan conocidas por sus productos culturales). El siguiente paso es garantizar que existan las inversiones y las asociaciones necesarias para aprovechar este potencial, y ahí es donde entran en juego la financiación innovadora y las asociaciones público-privadas.

3. Alianzas público-privadas: invertir en creatividad
Si bien las oportunidades son inmensas, el desarrollo de una industria creativa próspera requiere inversiones y colaboración estratégicas. Muchos sectores creativos se enfrentan a desafíos como la escasez de infraestructuras (por ejemplo, estudios, salas de cine, banda ancha), la escasez de financiación (los bancos suelen rehuir las empresas creativas) y las carencias de habilidades (necesidad de formación especializada en producción cinematográfica, desarrollo de juegos, comercialización de moda, etc.). Las asociaciones público-privadas (APP) y otras asociaciones innovadoras pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de superar estas barreras al aprovechar las fortalezas tanto del gobierno como del sector privado.
La infraestructura para la creatividad es un área propicia para las soluciones de APP. Del mismo modo que las APP se han utilizado durante mucho tiempo para construir carreteras y centrales eléctricas, pueden adaptarse a la infraestructura cultural. Por ejemplo, el desarrollo de una red de centros creativos, estudios cinematográficos, centros de artes escénicas o incubadoras multimedia suele superar los presupuestos públicos por sí solos, pero mediante los modelos de APP, los gobiernos pueden brindar apoyo (terrenos, cofinanciación, incentivos políticos), mientras que los inversores privados aportan capital y experiencia en la gestión de instalaciones. En Nigeria, un caso notable es la renovación del Teatro Nacional de Lagos mediante una asociación que atrae inversiones privadas para transformarlo en un centro moderno de industrias creativas. Se podrían implementar iniciativas similares en toda África: imaginemos complejos de estudios cinematográficos, pueblos de grabación de música o centros de incubación de diseño y tecnología desarrollados conjuntamente por agencias públicas y empresas privadas. No solo proporcionan espacio físico y equipos a los creadores, sino que también muestran un compromiso serio con el sector y atraen más oportunidades de inversión y formación.
Nuestra experiencia en el diseño de programas para la industria creativa de Ruanda es ilustrativa de cómo se puede integrar el pensamiento de las APP en el desarrollo de la economía creativa. Aninver llevó a cabo un estudio de viabilidad y un diseño detallado del programa para el Programa de Economía Creativa de Ruanda, y uno de los pilares clave fue el desarrollo de la infraestructura a través de las APP. Mapeamos los centros y espacios creativos existentes en Ruanda e identificamos las brechas que requerían nuevas instalaciones o mejoras. El programa recomendaba explorar las asociaciones público-privadas para desarrollar espacios creativos, por ejemplo, convertir edificios públicos infrautilizados en centros de trabajo conjunto para artistas o asociarnos con empresas de telecomunicaciones para crear laboratorios de innovación para creadores de contenido digital. Al involucrar a socios privados, Ruanda puede aprovechar la financiación y los conocimientos operativos adicionales, al tiempo que garantiza que estos espacios creativos sean sostenibles y estén alineados con las necesidades de la industria. Nuestro estudio también sugirió modelos de cofinanciación para la infraestructura dirigida por el sector privado (como las subvenciones de contrapartida o la provisión de terrenos) para fomentar la inversión en estudios cinematográficos, teatros y centros culturales. De esta manera, el gobierno no tiene que pagar toda la factura por adelantado, sino que puede catalizar la inversión privada y compartir los riesgos y las recompensas, exactamente en lo que destacan las APP.
La financiación de empresas creativas es otro ámbito para la innovación asociativa. Los prestamistas tradicionales suelen considerar que las empresas creativas son de alto riesgo debido a los activos intangibles y a los ingresos impredecibles. Para cerrar esta brecha, las instituciones de desarrollo y los gobiernos están diseñando mecanismos de financiación para la industria creativa, con frecuencia en colaboración con inversores privados o fondos de impacto. En el programa de Ruanda mencionado, diseñamos una propuesta para crear un fondo de economía creativa que proporcionaría una combinación de subvenciones, préstamos y capital a nuevas empresas creativas, estructurado para atraer inversiones privadas y permitir a los inversores locales coinvertir. Un fondo de este tipo podría generarse con dinero público o de donantes, pero administrarse con el rigor del sector privado, posiblemente incluso como una asociación público-privada con un administrador de fondos. Del mismo modo, las agencias de crédito a la exportación y el capital de riesgo pueden asociarse para respaldar las exportaciones creativas (por ejemplo, financiando coproducciones cinematográficas o circuitos de giras musicales). También vemos cómo las grandes empresas de tecnología y medios están dando un paso adelante: empresas como Netflix, Google y Spotify han lanzado programas de formación y becas para creadores africanos, a menudo en asociación con iniciativas públicas o multilaterales. En efecto, se trata de asociaciones público-privadas (o asociaciones entre empresas y sociales) que impulsan la cartera de talento creativo.
El desarrollo de habilidades y la educación para el sector creativo también pueden beneficiarse de los modelos de APP. Los estudios de comunicación privados, las casas de moda y las empresas de tecnología pueden colaborar con universidades públicas o institutos vocacionales para desarrollar planes de estudio que se ajusten a las necesidades de la industria. Aninver ha organizado talleres y clases magistrales en asociación con bancos de desarrollo y asociaciones de la industria creativa como parte de proyectos como la Iniciativa Fashionomics Africa. Estos eventos de formación reúnen a instituciones públicas (para llegar a los participantes y proporcionarles la certificación) y a expertos privados (para compartir conocimientos del mundo real). Al aprovechar las fortalezas de cada una de las partes, estas asociaciones crean capital humano de manera más eficaz. Creemos que la mejora continua de las habilidades, desde la gestión empresarial de los artistas hasta la formación técnica en CGI o ingeniería de sonido, es esencial para que los profesionales creativos prosperen. Las asociaciones público-privadas en las que participan universidades, fondos de formación gubernamentales y líderes de la industria privada pueden ampliar rápidamente la disponibilidad de formación de calidad en todas las industrias creativas.
Además, las APP pueden ayudar a cerrar la brecha digital que afecta a las comunidades creativas. Por ejemplo, el ministerio de TIC de un país podría asociarse con una empresa tecnológica mundial para implementar el acceso a plataformas digitales o de banda ancha en las zonas rurales, lo que permitiría a los artesanos o músicos de esas zonas conectarse con los mercados. En muchos países africanos, las empresas de telecomunicaciones han patrocinado hackatones, estudios de aplicaciones o plataformas de streaming de música en conjunto con programas gubernamentales, actuando de manera efectiva como asociaciones público-privadas para la infraestructura de contenido digital.
Por último, los marcos normativos y regulatorios para las industrias creativas a menudo requieren un diálogo entre los sectores público y privado. Los gobiernos establecen las normas sobre propiedad intelectual, impuestos y comercio que afectan profundamente a las empresas creativas. Al establecer asociaciones formales o grupos de trabajo con representantes de la industria creativa (asociaciones de artistas, estudios privados, etc.), los responsables políticos pueden elaborar reglamentos más eficaces y favorables para las empresas. Vemos un impulso positivo en países como Nigeria, que recientemente creó un Ministerio Federal de Arte, Cultura y Economía Creativa para prestar al sector una atención política de alto nivel. Este apoyo institucional, combinado con las aportaciones de las partes interesadas privadas, puede conducir a políticas que incentiven la inversión (exenciones fiscales, fondos iniciales), protejan los derechos de los creadores y abran el acceso a los mercados internacionales.
En resumen, las asociaciones innovadoras están desbloqueando la financiación y la infraestructura necesarias para que las industrias creativas prosperen. Las instituciones financieras para el desarrollo (IDF) también brindan cada vez más apoyo: por ejemplo, la Corporación Financiera Internacional (IFC) ahora tiene iniciativas dirigidas a las industrias creativas, y señala que los gobiernos están reconociendo el potencial de crecimiento del sector y lanzando programas en consecuencia. En Aninver nos enorgullece trabajar en la intersección de actores públicos y privados en este ámbito, desde ayudar a Netflix a colaborar con el AfDB en una asociación panafricana hasta asesorar a los gobiernos sobre estrategias que aprovechen el talento y la financiación del sector privado para el desarrollo del sector creativo. El resultado de estas colaboraciones será un crecimiento más rápido y modelos empresariales más resilientes en la economía creativa, ya que ni el sector público ni el privado pueden lograrlo por sí solos

4. La experiencia de Aninver y el camino a seguir
La convergencia entre la creación de empleo, la diversificación de las exportaciones y la inversión impulsada por las APP convierte a las industrias creativas en la piedra angular del desarrollo sostenible en el siglo XXI. Los países que desarrollen este sector de manera proactiva pueden cosechar importantes recompensas: millones de nuevos empleos para jóvenes creadores y emprendedores, nuevas fuentes de ingresos de exportación e inversión extranjera directa, y un capital cultural vibrante que mejora la cohesión social y la imagen nacional. África, en particular, tiene una fuente de talento y activos culturales listos para ser aprovechados. La clave ahora es traducir este potencial en estrategias y proyectos concretos, y aquí es donde el apoyo de los expertos puede marcar la diferencia.
En Aninver Development Partners, nos especializamos en aprovechar el poder de la industria creativa para impulsar el progreso económico, y tenemos una sólida trayectoria en diversos sectores creativos, incluidos el cine y la televisión, los textiles y la moda, los medios digitales y más. Nuestras tareas de consultoría —desde la plataforma Fashionomics del Banco Africano de Desarrollo hasta el conjunto de herramientas de economía creativa para Sierra Leona del Banco Mundial— nos han permitido conocer en profundidad lo que funciona sobre el terreno para desbloquear las cadenas de valor creativas. Combinamos la investigación y el análisis rigurosos del sector con la planificación práctica de la implementación, el desarrollo de capacidades y las soluciones digitales. Nuestro equipo ha ayudado a diseñar programas nacionales de economía creativa (Ruanda), a crear mercados en línea (Fashionomics), a trazar planes de colaboración entre las partes interesadas mundiales y locales (Netflix y AfDB) y a desarrollar conjuntos de herramientas para emprendedores creativos (Sierra Leona), siempre adaptados al contexto local y orientados a lograr un impacto sostenible.
Fundamentalmente, el enfoque de Aninver es holístico. Por ejemplo, cuando trabajamos en el programa de Ruanda, no solo describimos las necesidades de infraestructura, sino que también integramos en el plan el desarrollo del capital humano, los mecanismos de financiación y los marcos políticos propicios. Esto garantiza que todas las piezas (habilidades, espacios, financiación, regulaciones) se unan para crear un ecosistema creativo próspero. Nuestro equipo multidisciplinario (economistas, expertos del sector, diseñadores, especialistas en APP) comprende tanto el aspecto creativo como el aspecto financiero/institucional de los proyectos, lo cual es esencial para cerrar la brecha entre artistas e inversores o entre las aspiraciones de los gobiernos y las realidades del mercado.
El impacto de las iniciativas de economía creativa bien diseñadas puede ser espectacular. Un proyecto exitoso del sector creativo no solo genera beneficios económicos, sino que también mejora los resultados sociales: empodera a los jóvenes, fortalece la identidad cultural y fomenta la innovación en toda la sociedad. Por eso, cada vez más instituciones públicas e incluso inversores privados consideran que las industrias creativas son la «próxima frontera» del desarrollo de los mercados emergentes. Los bancos multilaterales de desarrollo ahora incluyen regularmente componentes de la industria cultural y creativa en sus estrategias nacionales, reconociendo el papel de la creatividad en el desarrollo sostenible (en consonancia con la Convención de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural de 2005 y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas). También hay un interés cada vez mayor por parte de los inversores de impacto y el capital de riesgo por las nuevas empresas creativas de África, como ocurre con los fondos que se centran en empresas de moda, cine o música.

5. Conclusión: únase a nosotros para potenciar la economía creativa
La relevancia y el potencial de las industrias creativas en las economías en desarrollo son indiscutibles: estos sectores multiplican el empleo, generan ingresos por exportaciones y atraen oportunidades de asociación. Desde los bulliciosos platós de Nollywood hasta los estudios de videojuegos de Nairobi, impulsados por la tecnología, y las vibrantes pasarelas de moda de Dakar, las empresas creativas están escribiendo una nueva narrativa para el desarrollo económico, innovadora, inclusiva e inspiradora. Sin embargo, hacer realidad este potencial requiere visión y una acción concertada. Los gobiernos deben dar prioridad a las políticas e inversiones de apoyo; los actores del sector privado —desde los gigantes de los medios de comunicación mundiales hasta los bancos locales— deben estar dispuestos a colaborar e invertir; y los socios para el desarrollo deben facilitar la transferencia de conocimientos y la financiación.
Si es una institución pública o un responsable de la formulación de políticas que busca diseñar una estrategia que aproveche la economía creativa para generar empleo y crecimiento, o un inversor que busca la próxima gran oportunidad en los mercados emergentes, ahora es el momento de actuar. La experiencia de Aninver está a tu servicio: nuestro trabajo con organizaciones líderes como el Banco Africano de Desarrollo y Netflix ha sido reconocido a nivel mundial, y nos apasiona ayudar a los clientes a convertir los activos culturales en resultados de desarrollo sostenible. Ponte en contacto con nosotros (aninver@aninver.com) o visita nuestro sitio web para saber cómo podemos ayudarte a desarrollar estrategias de economía creativa, estructurar proyectos financiables y forjar las asociaciones público-privadas necesarias para hacerlos realidad. Juntos, empoderemos a los artistas, innovadores y emprendedores que darán forma a las industrias creativas del mañana y, al hacerlo, logremos un futuro mejor de prosperidad y riqueza cultural en África y el mundo en desarrollo.
Fuentes
UNESCO (2021). Rediseñando las políticas para la creatividad.
Perspectivas de la economía creativa de la UNCTAD (2022).
UNESCO (2021). Informe sobre la industria cinematográfica africana.
Perspectivas mundiales de entretenimiento y medios de comunicación de PwC (2022—2026).
Documentación del programa AfDB Fashionomics Africa.
Kit de herramientas de economía creativa del Banco Mundial: Sierra Leona.
Una hoja de ruta de colaboración entre Netflix y AfDB de Inver (2023).
Convención de la UNESCO sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales (2005).
Notas de la IFC sobre la industria sobre la economía creativa (2021-2023).
OCDE (2021). Cultura y desarrollo local: maximizar el impacto.