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Cómo las industrias creativas impulsan la diversificación económica en los mercados emergentes
En todos los mercados emergentes, la carrera por diversificar las economías se está intensificando. Durante décadas, muchos países se basaron en una base limitada de exportaciones: petróleo, minerales, agricultura o manufacturas de bajo costo. Sin embargo, a medida que los mercados mundiales evolucionan y las tecnologías digitales remodelan las cadenas de valor, los gobiernos se están dando cuenta de que la creatividad en sí misma puede ser un motor del crecimiento.
Desde Lagos hasta Manila, está surgiendo un nuevo tipo de economía, que no se basa en los recursos naturales, sino en las ideas. La economía creativa, que abarca industrias como el cine, el diseño, la moda, la música, los juegos y el contenido digital, está redefiniendo la forma en que los mercados emergentes compiten y se conectan con el mundo.
¿Qué hace que la economía creativa sea tan poderosa
En esencia, la economía creativa consiste en convertir la imaginación en valor. Combina cultura, tecnología y espíritu empresarial, transformando las historias, habilidades y tradiciones locales en bienes y servicios comercializados a nivel mundial. A diferencia de las industrias extractivas o que requieren mucho capital, los sectores creativos prosperan gracias al talento humano y la conectividad digital.
Esto los hace perfectamente adecuados para los mercados emergentes con poblaciones jóvenes y una infraestructura digital de rápido crecimiento. Cuando un joven diseñador de Nairobi vende productos en Etsy o un cineasta ghanés sube un documental a Netflix, no solo crea arte, sino que contribuye a la diversificación, las exportaciones y el empleo.
Sin embargo, este potencial está lejos de ser plenamente aprovechado. Muchos trabajadores creativos permanecen en la economía informal, con acceso limitado a la financiación o la formación. Los responsables políticos se enfrentan ahora a un desafío claro: cómo convertir el talento en un crecimiento económico sostenible.
La creatividad como motor de la diversificación
La diversificación económica no consiste solo en añadir nuevos sectores, sino en transformar la estructura de la propia economía. Las industrias creativas contribuyen de varias maneras:
Amplían los servicios exportables, aportando nuevas fuentes de divisas a través de la música, la animación, el cine y el diseño. Por ejemplo, las exportaciones de Nollywood de Nigeria y K-content de Corea del Sur demuestran cómo los productos creativos pueden viajar mucho más allá de sus fronteras.
Estimulan la innovación en otros sectores. Los diseñadores y narradores ayudan a los fabricantes a mejorar el atractivo de los productos, mientras que el uso creativo de la tecnología mejora el turismo, la agricultura e incluso la educación. En resumen, la creatividad fortalece todos los eslabones de la cadena de valor.
Y quizás lo más importante es que generan empleos inclusivos. El trabajo creativo suele ser empresarial y accesible, y brinda oportunidades a las mujeres y los jóvenes que, de otro modo, podrían quedar excluidos del empleo formal. Cuando se nutre, este ecosistema se convierte en un poderoso factor de igualación en las economías que buscan tanto el crecimiento como la inclusión social.
Qué posibilita el éxito
Las políticas importan. Los países que consideran la creatividad como una parte importante de la estrategia económica ya están obteniendo resultados.
En Indonesia, el gobierno creó una agencia dedicada a la economía creativa para coordinar la política y la inversión. La iniciativa de Economía Naranja de Colombia vincula a los sectores creativos con los planes nacionales de exportación e innovación. Y en Kenia, los centros creativos están floreciendo gracias a las asociaciones entre el gobierno, las empresas de tecnología y las universidades.
El acceso a la financiación es otro factor decisivo. Muchos emprendedores creativos carecen de antecedentes crediticios o de garantías, lo que limita su capacidad de expansión. Las herramientas financieras innovadoras, como los fondos combinados, los préstamos respaldados por regalías y los planes de inversión público-privada, pueden cerrar esta brecha. La iniciativa Creative Africa Nexus (CANEX) del Banco Africano de Desarrollo es un ejemplo de cómo los socios para el desarrollo están interviniendo para llenar el vacío de financiación.
La educación también desempeña un papel fundamental. La economía creativa depende de las habilidades en diseño, narración, marketing y tecnología. Las universidades y las instituciones de formación que adoptan disciplinas creativas ayudan a preparar a una fuerza laboral preparada para las oportunidades globales.
Y, por último, la infraestructura, tanto física como digital, es clave. Internet de alta velocidad, los espacios de trabajo conjunto, la electricidad confiable y los canales logísticos accesibles permiten que los productos creativos lleguen a audiencias de todo el mundo. Sin ellos, el talento permanece atrapado en su potencial.
Estudio de caso: La industria de la animación de Filipinas
Filipinas ofrece un ejemplo vívido de cómo la creatividad puede transformar una economía. Durante las últimas dos décadas, los sectores de la animación y los juegos del país han pasado de ser pequeñas operaciones de subcontratación a convertirse en centros creativos competitivos a nivel mundial.
Los estudios locales ahora colaboran con productoras internacionales en las principales películas y series de televisión. El apoyo específico del gobierno —mediante programas de formación, incentivos a la exportación y protección de la propiedad intelectual— ayudó a formalizar el sector y fomentar el talento. En la actualidad, los servicios creativos contribuyen con cientos de millones de dólares a las exportaciones y emplean a miles de profesionales cualificados, lo que demuestra que la creatividad puede impulsar la diversificación en un mercado emergente.
El papel de los socios e inversores
Los gobiernos no pueden hacer esto solos. Las agencias de desarrollo, los donantes y los inversores tienen un papel que desempeñar en la configuración de ecosistemas creativos vibrantes. Los programas que fortalecen los derechos de propiedad intelectual, conectan a las pymes creativas con los mercados o crean infraestructuras digitales tienen un enorme impacto cuando se coordinan con los socios locales.
El sector privado también es un aliado esencial. Las plataformas de streaming, las marcas de moda y las nuevas empresas tecnológicas buscan cada vez más talento en los mercados emergentes. Cuando las empresas globales colaboran con creadores locales, no solo fomentan el intercambio cultural, sino que también ayudan a construir industrias enteras en torno a cadenas de valor creativas.
Mirando hacia el futuro
La economía creativa es más que una tendencia: es una oportunidad estructural. Al adoptar la creatividad como pilar de la política económica, los mercados emergentes pueden reducir la vulnerabilidad a las crisis de las materias primas y acceder a uno de los sectores de más rápido crecimiento del mundo.
Cada canción exportada, cada juego codificado, cada diseño vendido en el extranjero representa un paso hacia una mayor resiliencia y diversificación. La tarea que tenemos por delante es construir los sistemas (políticas, financiación y habilidades) que hagan de esos éxitos la norma, no la excepción.
Cuando los países invierten en imaginación, invierten en su futuro. Y ese podría ser el recurso más valioso de todos.









